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Los secretos de belleza de Nefertiti y Cleopatra

marzo
20
2015

AUTOR: Admin

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nefertiti-belleza

Un recorrido por la historia nos desvela los secretos de los trucos de belleza de mujeres  muy atractivas como Nefertiti, Cleopatra o Lucrecia Borgia…

La naturaleza fue generosa con Nefertiti, Cleopatra, Lucrecia Borgia o Salomé, pero ellas también se preocuparon por conocer todos los afeites que podían realzarla y que incluso llegaron a elaborar.  Nefertiti, Cleopatra, Lucrecia Borgia, Salomé o la emperatriz Sissí son algunas de las mujeres que han traspasado la historia como las más bellas de sus épocas.

Ni la historia ni el tiempo han podido borrar las huellas de su atractivo.

De la mano de la escritora Ángela Bravo y su libro “Nefertiti también usaba mascarilla” viajamos por la historia de la belleza que nos descubrirá Egipto, los placeres del Nilo, la Grecia clásica o la Roma Imperial, además de los elixires para conservar la juventud de Nostradamus.

La autora aprovecha, en este recorrido por el tiempo, no solo para contar algunos de los secretos de estas famosas mujeres, sino también para ofrecer sencillas fórmulas caseras para mejorar la textura de la piel.

A todas ellas la autora las considera “mujeres inteligentes que hicieron uso de su belleza para alcanzar sus propósitos”.

“La obsesión por la belleza no es algo actual, no hay que olvidar que la emperatriz Sissi murió anoréxica, obsesionada por la belleza y por esculpir su cuerpo. En aquellos tiempos dedicaba dos horas diarias a la gimnasia”.

 

El cuello de Josefina

Bravo comienza dedicando especial atención al cuello, siendo el estilizado de Nefertiti sobre el que concentra sus primeras palabras, sin olvidar a Josefina, la primera esposa de Napoleón Bonaparte.

Al decir de la experta, la emperatriz francesa se esmeraba en cuidar esta parte del cuerpo con ejercicio, masajes y cosméticos.

“Según desvelaron algunos de sus biógrafos, utilizaba aceite de oliva y plantas, además de compuestos elaborados a partir de fórmulas magistrales, que se aplicaba también en manos y contorno de ojos para prevenir las arrugas y la flacidez”, indica Bravo.

La escritora, a quien elaborar este libro le ha llevado tres años de estudio y documentación, explica que “lo que más me ha llamado la atención ha sido descubrir que la sociedad actual bebe del legado de nuestros antepasados”.

Así lo demuestra una de las imágenes que incluye en el manual, en el apartado de baños, donde se muestra un bajo relieve de una mujer romana “siglos antes de Jesucristo, ataviada con un dos-piezas y junto a unas mancuernas deportivas”.

 

Mujeres con mucha historia

Asegura la autora que Cleopatra era una mujer muy especial, y declara su admiración a la sagacidad y tenacidad de la aristócrata francesa Madame de Pompadour.

“Desde que nació, su madre tenía claro que tenía que ser la favorita del rey  Luis XV – dice- La instruyó en todo tipo de materias: arte, literatura o matemáticas. Era una gran asidua a todas las tertulias literarias. Conquistó al rey y a toda Francia”,  añade la autora del libro, quien agrega que “estaba muy obsesionada con la belleza y, en especial, con los perfumes”.

Ángela Bravo señala que “no se puede caer en obsesiones. Hay que sacar partido a lo que tienes, de una manera lógica”.

 

Poder y belleza

La escritora ha ido hilvanado historias y métodos de belleza, pero asegura que, si tuviera que elegir entre las damas que menciona, Madame de Pompadour sería la elegida por su inteligencia para “hacerse con el poder”, al igual que Cleopatra.

Y en este sentido menciona a la condesa Bhátory, perteneciente a una de las familias más aristocráticas de Hungría, apodada “la condesa sangrienta”, una gran experta en botánica, que estudiaba y realizaba sus propios ungüentos.

“Un día descubrió que la sangre revitalizaba la piel y organizó una trama de secuestros de doncellas de toda la región a las que asesinaba”, indica la autora de “Nefertiti también usaba mascarilla” .

“Precisamente Nefertiti es, de todas las que menciono, la que menos estaba obsesionada por la belleza, a pesar de que le gustaba cuidarse”, desvela.

Considera a Cleopatra como la precursora de la mesoterapia. “Mataba a un cordero cada mañana y ponía su carne sobre cara, cuello y escote hasta que se secaba, de esta manera conseguía que su piel se nutriera y adquiriera tersura”, indica Bravo.

 

Aceite para las manchas de piel

El uso de aceite de almendras amargas era uno de sus ungüentos favoritos. “Hay que tener en cuenta su poder para eliminar manchas y arrugas”, matiza la escritora.

Ángela Bravo reconoce que ha utilizado la belleza como disculpa para entrar en otras civilizaciones y culturas y poder analizar así sus tradiciones.

El libro va desgranando fórmulas caseras, sencillas de realizar, elaboradas a todas partir de productos naturales, para embellecer distintas partes del cuerpo de la mujer.

Tisanas, a veces, a las que hay que vencer cierta resistencia debido a sus componentes que, por otra parte, podemos encontrar en cualquier despensa.

“Existe una gran variedad de productos que se ingieren que también se pueden utilizar para aplicarlos sobre la piel. Con frutas o verduras no es difícil  hacer un tónico”, añade. Agua, laurel, perejil o ajo, algunos de los componentes que menciona, también están al alcance de nuestra mano.

Por último Bravo recuerda que la belleza no es patrimonio femenino y que Alejandro Magno ya utilizaba el aloe vera para fortalecer y dar brillo a su pelo, “no solo para restablecerse de las heridas del combate”.

Afirma que, curiosamente, en la antigua Roma el prototipo de belleza era la masculina más que la femenina. “Se esculpían el cuerpo en los gimnasios, mientras que los sirios se trenzaban su pelo y su barba con hilos de oro de oro plata y pequeñas perlas”, concluye.EFE

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