Los mimos que los pies necesitan, en diez pasos

julio
12
2015

Realizar un estudio de la pisada para evitar lesiones musculares y articulares, especialmente si se es deportista por la mayor facilidad de que haya algún daño y por la necesidad de optimizar el rendimiento de la competición. Este es uno de los consejos que forman el Decálogo del Cuidado del Pie y la Pisada que han lanzado las Unidades de Biomecánica Nisa Podoactiva, con el fin de reducir posibles riesgos o complicaciones en la salud.

Y es que los pies son el único punto de apoyo en el suelo y, en cada paso que se da, sostienen entre dos y cuatro veces el peso del cuerpo. Esto supone que, en ocasiones, las molestias que se manifiestan en zonas lejanas a esta extremidad, como algunas lumbalgias o sobrecargas musculares, pueden estar causadas por la forma del pie o por la forma de pisar.

Desde los hospitales Nisa han recordado, pues, que los cuidados en esta zona son necesarios en todas las edades, especialmente en niños, por la posibilidad de realizar tratamientos preventivos; en personas mayores, por el desgaste y las enfermedades crónicas que pueden padecer; y en quienes pasan largos periodos de tiempo en pie o en movimiento, como deportistas, peluqueros, dependientes o enfermeros, por ejemplo.

El decálogo, pues, indica también que hay que escoger siempre un calzado apropiado y que los zapatos deben ajustar bien para distribuir el peso de forma uniforme. Además, han de separarse los pies para aumentar la base de sustentación y evitar permanecer de pie en la misma postura durante mucho tiempo, alternando el estar de pie con estar sentado.

En el caso de usar tacones, desde las Unidades de Biomecánica Nisa Podoactiva se aconseja emplear unas plantillas personalizadas adecuadas para aumentar la sensación de confort e incrementar la estabilidad de la rodilla. Y añaden que, si se notan las piernas cansadas o dolores en los pies, se ha de visitar al podólogo.

De cara al autocuidado, otras recomendaciones son relajarse en la bañera por lo menos una vez a la semana, dando un baño refrescante a las piernas y pies para mejorar la circulación, y usando para estimularla sales de baño; realizar ejercicios para estirar los pies; y llevar a cabo una correcta hidratación con cremas especialmente formuladas para este tipo de piel.

Fuente: expobeautymagazine